Ayer concluyó la proyección del documental Machín, toda una vida, que estuvo en cartelera toda la semana en los cines Olite (Pamplona), dentro de la Muestra de cine documental (DOCUN), que estamos organizando en la Universidad de Navarra.
Os adjunto la crítica de Alberto García:
El trabajo de Nuria Villazán resulta agradable y vistoso. Su acercamiento al cantante cubano, a ritmo de bolero, revela un artista lleno de aristas: polifacético, sentimental, viajero, algo guasón... A través de muy diversos testimonios de admiradores, familiares y compañeros, el retrato que la película traza de Machín se descubre como un paisaje biográfico completo, tanto vital como musical. De La Habana a Barcelona, pasando por París y Sevilla. De sus primeras canciones a su consagración como un artista fundamental en la melodía de habla hispana.
Villazán ha escogido un camino original para rememorar la vida de Machín. Su obra mezcla imágenes de archivo, rastrea las huellas actuales en las ciudades que habitó el cantante cubano e, incluso, se atreve con la recreación en diversos momentos del film. Al final, el retrato que se dibuja de Machín se funde con el homenaje sentido, con la elegía ante el maestro creador de canciones como Angelitos negros o Toda una vida (alguna de cuales son revisadas por artistas actuales como Amparanoia, Los piratas, Antonio Canales o Nancho Novo). Y el espectador del documental se sorprende de que una película pequeña, casi desapercibida, esconda tantas emociones, tantas melodías que van directas al corazón y que obligan a salir del cine tarareando con alegre acento cubano.
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