Madronita Andreu nació en la modernista Barcelona de finales del SXIX en el seno de una familia de la alta sociedad involucrada con las inquietudes artísticas del momento. Pronto se aficionó a la fotografía, en primer lugar y, un poco más adelante, al cine. Lo que más llama la atención en ella es el hecho de que se dedicara a filmar con su cámara de 16 mm su vida: hacía vídeos caseros sobre su gente, sobre Barcelona, Sevilla, sus viajes alrededor del mundo con su marido, Max Clyne, y con sus hijas...
Un instante en la vida ajena, de José Luis López-Linares, destaca por su carácter privado, íntimo y personal, y supone, quizás, un reto para el cine documental español. Es una recolección, en orden cronológico, de parte de esos pequeños fragmentos de la vida de Madronita, rodados por ella misma y descritos e hilados por la voz de un supuesto montador. La película, ganadora del Goya al mejor documental y seleccionada para el Festival Internacional de Cine de Venecia, bien merece la pena ser vista, aunque resulta un tanto artificiosa porque sólo muestra el lado amable de una realidad que, como se suele decir, siempre es poliédrica.
Leyre Medrano
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