14/02/2009

A horse is not a metaphor y Al más allá

El caballo, en las tradiciones de todo el mundo, viene simbolizando un buen puñado de cosas, a veces aparentemente opuestas. Portador de vida o muerte, blanco o negro, pegaso o unicornio, salvaje o domado, es tan contradictorio y convulsivo como la vida. En este caso, para Barbara Hammer significa su propia lucha contra la enfermedad del cáncer de ovario, sólo con sus propias fuerzas humanas, como la jinete de un Apocalipsis del revés. Barbara se niega a mirar al animal como mero símbolo, refugio onírico o espejismo, y lo convierte en compañero y ejemplo para sobrellevar su enfermedad, sin dejar que ésta se convierta en un tabú secreto y escondido, impronunciable. Su caballo también tiene cáncer de ojos, y eso hace que le contagie su fuerza, vitalidad y persistencia. A través de sucesivos montajes experimentales, va superponiendo y comparando su cabello cada vez más fino y débil con su crin, o su mirada con la suya, con un surrealismo que fascina y sobrecoge. Acompaña las imágenes de una banda sonora espeluznante (que en apariencia es un conjunto angustiado de grititos caóticos, pero concentra de tal modo el aliento y el desaliento de la vida aquí abajo que deja la piel de gallina). Se echa un montón de menos una mirada más abierta a la trascendencia misma, a lo sobrenatural, más allá de los miles de misterios de aquí abajo, de la cerrazón y las voces médicas del vacío del hospital y la inmensidad infinita y un poco vacía de las praderas que a ella le dan tanta esperanza, pero admiro a la protagonista, que nos ha presentado su corto con una gran sonrisa, muy acogedora, en la cara y simpatía en la mirada.

En cambio, el segundo título "Al más allá" es menos aún lo que parece. Un "viaje" en todos los sentidos (supuestamente la periodista iba a investigar el narcotráfico) pero que se queda a medio camino, en la superficie. Un documental que intenta sin éxito forzar la realidad misma, un poco perdido y autista, incapaz de escuchar, con miles de esquemas preconcebidos que son continuamente transgredidos por los propios sencillos lugareños de la costa maya de México. Les afectaron las altas temperaturas seguro, un golpe de calor lo tiene cualquiera, pero lo cierto es que el documental se derrite por sí mismo (menudo timo, y menudo morro, aunque tiene momentos muy graciosos).

Dicho esto, por ahora, no creo que gane ninguno de los dos. De todas formas, suerte.

2 comentarios:

Lourdes E. Verano dijo...

Hola, gracias por avisar y esperemos que Los Herederos sea buena. Te recomiendo mucho Elder Blossom y Of time and the city, a ver si consigues verlas, no te decepcionarán!

Efrén dijo...

Interesante lo que cuentas. Me habían dicho que Al más allá era graciosa, pero se ve que también es otras cosas. Y la de Hammer, cine experimental. Me gusta cómo lo cuentas.